Dios no es espectáculo: una reflexión sobre la fe verdadera y la espiritualidad auténtica
🎭 Cuando la fe se convierte en show
Hoy abundan programas y eventos religiosos que presentan a Dios como si cumpliera órdenes humanas. Sanan a quien el “predicador” señala, prometen milagros a cambio de dinero y convierten el púlpito en escenario circense.
Pero Dios no es un mago. No actúa por capricho ni por espectáculo. La verdadera espiritualidad no se cobra, no se programa, no se manipula. Se vive con humildad, coherencia y propósito.
💡 El propósito divino: libertad, no dependencia
Dios quiere que el ser humano viva feliz, libre, haciendo el bien. Nos ha dotado de capacidades para resolver nuestras necesidades, para crear, inventar y transformar.
La fe auténtica no anula la razón, la potencia. No nos infantiliza, nos responsabiliza. Como enseña la Biblia en 2 Corintios 3:17: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
💰 Cuando la fe se vende, se corrompe
Quienes dicen tener “poderes otorgados por Dios” pero primero exigen dinero, no están predicando, están negociando. Jesús mismo expulsó a los mercaderes del templo (Mateo 21:12-13).
La espiritualidad auténtica no es negocio, es una vivencia ética y transformadora.
🌱 Una invitación a vivir con propósito
Buscar a Dios es maravilloso. Pero no para evadir la vida, sino para abrazarla con sentido. Para dejar huella, contribuir a un mundo justo, compasivo y humano.
“Dios no es un espectáculo, es una invitación a vivir con propósito, libertad y amor verdadero.”
🧭 Para reflexionar:
La fe verdadera no se mide en milagros televisados ni en ofrendas millonarias, sino en cómo vivimos cada día. La pregunta es:
¿Vives tu fe como un espectáculo pasajero o como un propósito que transforma tu vida?
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